La fuerza del instinto maternal

Os voy a mostrar unas imágenes cuanto menos hermosas y sorprendentes. En una de las ventanas del colegio donde trabajo ha anidado una pareja de palomas. Imaginad la sorpresa de niños y maestros, cuando una mañana al llegar encontramos el nido con dos huevos.
Lo más enternecedor de todo fue el titubeo de la paloma a la hora de acercarse y empollar sus huevos cuando observó las caras de 24 niños y una maestra observando atentamente la escena. La paloma no nos quitaba el ojo de encima, aun así se acercó lentamente y se sentó sobre sus huevos.

Debo decir que también el palomo los empolla y que los niños se portan estupendamente, cuidando que no se hagan ruidos bruscos que puedan espantarlos. Por supuesto, en cuanto nazcan los polluelos os los mostraré.