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viernes, 22 de abril de 2011

EL ÚLTIMO VERANO, DE RICARDA HUCH

Os voy a hablar en esta ocasión de un libro que me impresionó bastante y me mantuvo pegada a sus páginas (muy pocas, apenas 126) hasta que lo terminé. Lo leí hace tiempo y aprovechando que he vuelto a tenerlo de nuevo en mis manos no he podido evitar releerlo y volver a impresionarme no sólo con su originalidad sino con la dureza de lo que nos cuenta.

La acción se sitúa en la Rusia prerrevolucionaria; la vida del gobernador Yégor de Rasimkara ha sido amenazada de muerte; su esposa Lusinia, inquieta por estas amenazas, decide contratar a un joven para que actúe como protector del gobernador. A tal fin Liu llega a la residencia de veraneo de la familia impresionándolos a todos con su juventud, su atractivo y su sensatez. Enseguida se convierte en uno más de la familia haciéndose casi imprescindible para ellos e incluso Yéssika, una de las hijas, se enamorará de él. Lo que ninguno sospecha, excepto Iván, el viejo cochero, que desconfía instintivamente de él, es que Liu es el autor de las amenazas y su objetivo no es otro que asesinar al gobernador.

El libro se desarrolla en su totalidad como una narración epistolar, y a través de las cartas que todos escriben entre sí y a sus amigos, vamos conociendo la historia que se entreteje poco a poco con las impresiones de los protagonistas. También Liu escribe a un camarada suyo y esas cartas llegan a ser estremecedoras: los Rasimkara son en esencia buenas personas, afectuosas y muy acogedoras; Liu los percibe tal y como son viendo sus muchas bondades y cualidades y aun así seguirá adelante con su plan de asesinar al gobernador. Hasta prácticamente la última página tendremos la duda de si finalmente desistirá de su objetivo o no y os aseguro que la dualidad entre lo que Liu siente y su determinación es a veces escalofriante.

Resulta enternecedora la relación de Yégor, el gobernador, y su esposa, y precisamente el gran amor que se profesan hace que todo sea aun más duro si cabe. Son personas cándidas, bienintencionadas, que calan favorablemente en el lector y con las que resulta fácil empatizar.

A pesar de que no hay escenas violentas ni desagradables,  meterse en la mente de un asesino es una experiencia inquietante, aterradora incluso, porque se trata de un tipo de asesino que infunde auténtico pavor, el que actúa fríamente, sin dejar que sus sentimientos influyan en sus decisiones, con meticulosidad y con la mente puesta únicamente en su macabro fin.

Os aseguro que es un libro que se lee en un suspiro y que es casi imposible que os deje indiferentes. Os dejo un enlace por si queréis saber algo más de la autora. Su vida también es bastante apasionante (aquí).

4 comentarios:

  1. Suena muy bien, Lola, ya me has puesto los dientes largos. Hala, otro a la lista.
    Un beso.

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  2. Bueno pues si lo acabas leyendo ya me contarás, estoy segura de que te va a impactar, es un libro muy bueno. Un beso Marhya

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  3. Tiene muy buena pinta, y me gusta que sea cortito.. que se lea tan fácil, aunque sea durillo.
    Un besito
    Bea.
    P.D: Feliz día del libro.

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  4. Gracias Bea, te deseo lo mismo. El libro se lee en un suspiro y de verdad que es muy interesante. Besos

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