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martes, 7 de septiembre de 2010

¡¡CÓMO HEMOS CAMBIADO!!...Por suerte






Os presento a Teresa.


Teresa tiene 32 años, está casada y es maestra.


A Teresa le gusta maquillarse ligeramente por las mañanas, suele llevar vestidos cómodos justo por debajo de la rodilla, de colores brillantes y alegres; el color de pelo que veis no es el suyo natural, aunque ella cree que le favorece más.


Teresa suele pasear con su marido y sus amigos y amigas, a veces salen de la ciudad para conocer lugares distintos y tomar en algún bar una cerveza o un vinillo. A pesar de que no fuma con asiduidad a veces ha dado alguna calada a un cigarro.


En verano le encanta tomarse un helado de la heladería que hay en su barrio.


Nada fuera de lo común ¿no?


Pues bien, Teresa no podría haber ejercido su profesión allá por los años veinte.


El curso pasado alguien trajo al colegio donde trabajo un recorte de periódico donde se reflejaba el contrato de una maestra de los años veinte. Entre otras condiciones se especifica que no puede casarse, maquillarse, salir de la ciudad sin permiso del Consejo de Delegados, usar vestidos a más de cinco centímetros del tobillo, ir a heladerías, montar en coche con hombres que no sean su padre o hermano, beber vino o cerveza, estar fuera de su casa entre las 8 de la tarde y las 6 de la madrugada, no teñirse el pelo.....y además de esto debía mantener limpia y caldeada el aula. Todo por un sueldo de 75 pesetas (en realidad no sé si en la época equivalía a mucho o poco).


Viendo esto una no puede por menos que pensar en lo mucho que nuestra sociedad y la mentalidad en general ha cambiado, y aunque no en todos los aspectos haya sido para bien considero que en general el progreso es muy positivo.


Navegando por internet he encontrado una copia del contrato real de una maestra de esa época. Si tienes curiosidad puedes verlo en el blog de Ámparo Legal.

7 comentarios:

  1. ¡Qué curioso e interesante, Lola! Como dices, afortunadamente hemos cambiado, y aunque aún queda mucho por hacer al menos se ha mejorado en muchísimas cosas. Es sorprendente la cantidad de cosas que ahora son totalmente naturales para nosotras que tenían prohibidas pero la que más me llama la atención precisamente por lo corriente que es es la de que no podían casarse, y es que deduzco que las otras cosas les parecerían (¡madre mía, qué pena pensar así!) poco edificantes para el alumnado, pero el "respetable" matrimonio que fuese algo prohibido me descoloca, no entiendo la lógica de la época en esto. Supongo que no sería por no ser edificante para los alumnos si no para no dejar "desatendido" al marido.
    ¡si, qué bien que hemos cambiado!
    Besos.

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  2. Muy interesante esta entrada. Vivimos ahora con tantas comodidades que se nos olvida que no siempre fue así. La verdad es que, en muchas cosas, somos unos afortunados.

    Besos.
    Mar

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  3. Es cierto, hay cosas que se pueden entender según la mentalidad de la época (la ropa, el hecho de beber alcohol, fumar....) pero otras no tienen mucha justificación.

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  4. Hola, Loli! ¡ Qué gracia y qué horror!No poder teñirse el pelo, ni usar cremita, ni poder montar en coches con hombres....¡ Qué poquito hubiera durado yo de maestra.¡ Cómo hemos cambiado ! Pero, a pesar de ello si contaramos algunas cosas que los y las maestras tenemos que soportar hoy en día..., a más de uno le sorprendería tanto o más qu este contrato.
    Besos, Paqui

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  5. Tienes toda la razón Paqui, jejejeje, hay cosas que parecerían mentira. Muchas gracias por participar, me ha encantado verte por aquí. Besitos

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  6. Vaya represión menos mal que todo ha quedado en el olvido.Espero que no pase como la Moda que volvemos a recordar tiempos pasados,por ejemplo las famosas hombreras que vuelven a resurgir aunque de menor tamaño...¡Que nos quedemos como estamos que ya es un lujazo¡Besitos Reme.

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  7. ¡¡No me digas que han vuelto a ponerse de moda las hombreras!! Dios mío, si yo veo imágenes de los 80 y me parecen de lo peor...en fin, tienes razón Reme, que nos quedemos como estamos y dándonos con un canto en los dientes que tal y como está el panorama no es para quejarse mucho

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