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domingo, 24 de octubre de 2010

RECUERDOS DE MI INFANCIA

En cada familia, en cada región y lugar de España, se vive de acuerdo a determinadas costumbres y tradiciones, se celebran distintas fiestas, se disfruta de una gastronomía propia, pero si hay algo que compartimos todos en todos los lugares de España y me atrevería a decir que del mundo es el pan, pero.... ¿habéis visto alguna vez los entresijos de una panadería? Yo he tenido la suerte de vivir grandes periodos de mi vida en una.
Mi abuelo materno era panadero y algunos de los mejores recuerdos de mi infancia transcurren sentada en los escalones que bajaban al "amasaero" (como llamábamos al lugar donde se hacía el pan) mientras él amasaba la masa -perdón por la redundancia- .
En aquel entonces yo no valoraba el maravilloso olor a pan recién horneado que había siempre en la casa (el "amasaero" estaba en la planta baja) ni el sabor inigualable del mollete recién hecho que me tomaba por las mañanas para desayunar; ahora cuando lo recuerdo me siento profundamente afortunada.


Mi abuelo hacía el pan en un auténtico horno de leña, era enorme, ocupaba toda una pared y el horno se cargaba por la parte de atrás, donde había una habitación a la que mi abuelo nunca me dejaba entrar. Tenía un pequeño cuartillo para guardar la leña y siempre estaba lleno de troncos y del polvo que éstos soltaban. Para mi era un lugar fascinante y ver a mi abuelo amasar es uno de los recuerdos más intensos que guardo de él.


La tradición la siguió mi tía, pero a pesar de que conserva algunos enseres de los que tenía mi abuelo (la larga mesa de madera, la máquina que pre-amasa los ingredientes, el peso.....) su panadería es mucho más moderna, aunque ella sigue haciendo el pan como lo hacía mi abuelo, su padre.




A la derecha podéis ver la larga mesa de madera a la que hacía referencia antes y el peso, además de las deliciosas empanadillas que hace mi tía.



Esto son tortas de manteca, deliciosas y muy suaves. Las hace mi prima Marta.

Y en la imagen de la derecha véis un pan de kilo (así se llama) pasando por la cortadora.





Este es el moderno horno eléctrico que utiliza mi tía. En su interior caben varias personas adultas en pie. Las bandejas que podéis ver en la primera imagen que ilustra esta entrada se meten con unas ruedas dentro hasta que alcanzan su punto justo de cocción. por supuesto las bandejas se sacan con unos gruesos guantes con anillas metálicas.
Mi abuelo sacaba el pan del hormo con una paleta de madera parecida a un remo.
¿Qué os ha parecido? ¿Era cómo os lo imaginábais?

6 comentarios:

  1. A mi también me gusta mucho el pan, no puedo vivir un día sin él, yo lo más cerca que he estado de una panaderia es cuando nos llevaron a ver PANASA del colegío, vamos la fabrica del pan, pero claro alli todo era industrial.
    Que buena pinta tienen las fotos del pan, se ve muy apetitoso.
    bssssssssssssssssssssssssssssss

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  2. Sólo he estado una vez en los "entresijos" de una panadería y quedé encantada. Ese olor del que hablas es maravilloso!
    Gracias por ponernos estas imagenes.
    Un beso

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  3. ¡Qué maravilla, Lola! Yo he entrado en alguna panadería, pero todas de pueblo y antiguas, siempre tienen una magia especial: en un pusblo de Soria (que me da rabia no acordarme del nombre, pero era cerca de Abejar) que te vendían el pan en la misma puerta del obrador, en una mesita de cocina que parecía de juguete, colocada en el quicio de la puerta, hace años en un pueblo aquí al lado (el mío es tan pequeño que no tiene ni panadería) porque te asaban (creo que ya no lo hacen) los corderos en horno de leña para llevártelos, si se los encargabas y de cría con mi padre en una cerca de su pueblo, que olía a rosquillas. Parecen mundos mágicos.
    ¡Que enorme suerte haber "jugueteado" en un lugar así!!!!
    Besos.

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  4. Me encanta el oficio de panadero,me encanta el pan, el olor cuando está caliente.Yo pasaba los veranos en un pueblito pequeño y la panadería estaba en nuestra calle y el panadero era primo de mi madre ,seguro que 3º o 4º pero eso en los pueblos no importa .y el panadero cantaba y cantaba mientras hacía las masas.Y las magdalenas del pueblo ,mi madre se las sigue comprando a mi hija.

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  5. Me pasa como a vosotras....el pan me encanta. Aparte de lo delicioso que son los olores es el recuerdo de mi abuelo lo que siempre me evoca una panadería.

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  6. Loli, se te ha olvidado el plato de aceite en el que ahogabamos ese mollete recién salido del horno, empapado del calor natural, y que sabía a gloria.

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